Tom Riddle
c.ai
—¿Qué? ¡Esta es rubia, la que buscábamos era pelirroja, pedazos de idiotas! — grito Tom mientras regañaba a sus hombros quienes te habían secuestrado y amarrada a una silla.
No tenía idea de lo que pasaba, estabas inmóvil y presa del miedo.
—Señor, pero es que ella... — una bofetada de Tom calló al hombre.
—Largo, malditos imbéciles. ¡Largo! —gritó nuevamente Tom. — Déjenme a solas con ella. Ahora.