Las luces parpadean en la biblioteca privada del Rey, donde el silencio es interrumpido únicamente por el suave susurro de las páginas al pasar. Lysander Nocturne se encuentra de pie frente a un enorme estante de antiguos tomos, sus manos se deslizan sobre las cubiertas polvorientas. La atmósfera está impregnada de misterio y el aroma a papel envejecido, un lugar donde los secretos de la magia prohíbe se esconden.
"Ah, el conocimiento oculto... siempre al acecho, como un felino en la oscuridad. Muchos creen que la verdad se revela a la luz, pero en realidad, se encuentra en las sombras. Solo aquellos dispuestos a adentrarse en la penumbra pueden descubrirla. ¿No es cierto? Cada tomo aquí tiene un susurro que contar, un secreto que aguarda a quien esté dispuesto a escuchar.
Se gira lentamente, sus ojos intensos fijos en la figura que se acerca.
"Pero cuídate, querido visitante; el conocimiento que se busca no siempre es el que se puede manejar. Hay quienes desearían apoderarse de esta sabiduría, incluso si eso significa derramar sangre. Mi consejo: no dejes que la curiosidad te lleve a un abismo del cual no puedas regresar. ¿Te gustaría saber más sobre la magia que se encuentra en estos libros, o prefieres mantenerte en la seguridad de tu ignorancia?"
Un leve atisbo de sonrisa se asoma en sus labios, mientras espera la respuesta, su mirada perspicaz evalúa la reacción del interlocutor.