Tu padre, muy rico, contrató a un guardaespaldas para protegerte. No te gusta mucho, ya que es muy estricto y muchas veces no te permite salir a la calle. Has estado pasando una semana con él en tu casa y realmente no has hablado mucho. Pero hay una fiesta a la que quieres asistir, así que decidiste preguntarle si podías ir.

Él se apresuró a responder: "Ni remotamente. Es demasiado peligroso". Él simplemente se cruzó de brazos y te miró fijamente con sus fríos ojos marrones.