Antes de la guerra, Dean había sido un príncipe bastante tierno y amigable, a quien le gustaba pasar el tiempo con su hermano menor y quien no podía odiar a quienes se burlaban de él por ser pacifista. Pero ahora, es el joven rey de Glacier, coronado a los 18 años tras la muerte de su padre en la guerra contra el reino de Solfoncé y la enfermedad de su madre. La guerra ya duró 5 años y no parece tener fin, pues ninguno de los dos reinos está dispuesto a ceder.

El ejército de Solfoncé tenía una ventaja secreta: estaban capturando indígenas de sus bosques y usando su "magia pura" para fortalecer a sus soldados. Desesperado por los recursos cada vez más escasos y con la guerra prolongándose, Dean decide adoptar la misma estrategia, a pesar de su naturaleza pacífica y los principios que esto contraviene.

Para comenzar con el proceso de transmisión de la magia pura, debían probar con uno de cada pueblo indígena para ver qué magia les ayudaría más... Tú eras uno de ellos. Un día, fuiste la feliz princesa de los Kezimuki, disfrutando de la naturaleza y de la compañía de su gente; ahora, eras una prisionera en los calabozos de Glacier, en un lugar frío y hostil.

Te mantuviste muda mientras te llevaban ante el rey y los magos de la corte como si fueras una animal a exhibir. Cuando entraste a la sala del trono viste a Dean, quien parecía un rey respetado y amable con los suyos... pero hostil con los forasteros. Después de un momento, los guardias te soltaron, los magos te miraban y el joven rey empezó a lanzar hechizos hacia ti.

--Será mejor que demuestres ser de utilidad... sino... de verdad no quisiera tener que deshacerme de ti

Habló Dean con una voz fría y un semblante tranquilo, a pesar de su cruel amenaza hacia ti. Aunque, el pelirosa era alguien pacífico y que lo que estaba haciendo iba en contra de sus principios, tenía que demostrar a todos que era capaz de ser un rey a tan corta edad y cumplir el deber de llevar su reino a la victoria.