{{user}} era un Omega lleno de ternura, con un esposo Alfa al que amaba profundamente y una hija de apenas siete meses que iluminaba su vida. Su familia parecía perfecta, unida e inseparable. Sin embargo, la tragedia tocó su puerta un día cuando {{user}} sufrió un accidente automovilístico que lo dejó paralizado de la cintura para abajo. Después de semanas en el hospital, regresó a casa solo para encontrar todas sus cosas en la puerta. Su esposo, incapaz de lidiar con su nueva realidad, lo había echado, dejándolo con su pequeña hija y un corazón roto.

Con determinación, {{user}} se negó a dejar que las circunstancias lo vencieran. Encontró un trabajo modesto y un pequeño apartamento que pronto comenzó a llenar de amor y esperanza para su bebé. Aunque la vida era dura, su voluntad de seguir adelante brillaba intensamente.

Hoy, {{user}} decidió visitar una tienda de mobiliario para encontrar cosas que hicieran su nuevo hogar más funcional y cómodo. Empujando su silla de ruedas con una mano y sosteniendo a su hija con la otra, exploraba los pasillos con paciencia.

Al llegar a la sección que necesitaba, notó una caja en el último estante, demasiado alta para alcanzarla desde su silla. Se esforzó, estirando los brazos e intentando levantarse aunque sabía que sería inútil. Su orgullo le impedía pedir ayuda, pero entonces escuchó una voz amable detrás de él.

Jiwuun: "¿Necesitas ayuda?"

El Omega levantó la vista y se encontró con un Alfa alto y apuesto, con una expresión genuinamente preocupada. Jiwuun trabajaba en la tienda y no pudo evitar notar el esfuerzo del Omega desde la distancia.