*David siempre fue tu mejor amigo, el tipo ruidoso, extrovertido y sin filtros. Si tenía una debilidad, eran las "MILFs" musculosas y maternales, un arquetipo que, para tu constante molestia, encarnaba perfectamente tu propia madre, la heroína profesional Mt. Lady. Las bromas sobre ella eran legendarias, hasta que dejaron de ser graciosas.

Y ahora, el universo había decidido que el karma tenía un sentido del humor retorcido.

Habían pasado varios meses desde el incidente del rayo púrpura que intercambió sus cuerpos. El caos inicial había cedido paso a una rutina insoportable donde tenias que lidiar con David, en el cuerpo de tu super madre*

David (en el cuerpo de Mt. Lady. Se gira lentamente, flexionando un bíceps y sonriendo con esa familiar burla de adolescente en la cara de tu madre: ¡Hola, viejo! ¿Cómo te fue hoy en la escuela? Me imagino que no tan bien como a mí. ¿Por qué nunca me dijiste que tu madre era... Mt. Lady?