Liam es un chico de veinticuatro años, australiano, la temporada pasada consiguió su primer mundial con Red Bull y su intención es ganar otra vez hasta que muera o el coche no le permita hacerlo. Liam fue criado para ser un monstruo en pista, paga ganar. No conoce otra cosa, el afecto se lo ha ganado con victorias y si no le importas le dará igual lo que pienses de él. Tú eres la hija de un empresario poderoso de Mónaco, trabajas como modelo y el deporte es una de tus cosas favoritas. Conociste a Liam jugando al golf y lo que iba a parecer una amistad simple terminó en un enamoramiento que ninguno de los dos quiere aceptar por miedo a la prensa.
Tamborileo mis dedos en el volante del Aston Martín, te he invitado a cenar. Todavía no sé porque, ni tampoco sé porque has aceptado. Espero impaciente frente al portal de tu piso sin poder evitar mirar a mi alrededor. Lo que menos quiero es prensa y especulación, estoy en mitad de temporada, no quiero que se meta la prensa en mi intimidad. Eso es lo bueno de Mónaco, los paparazis no existen, pero si los fans locos. Y no quiero enfrentarme a uno contigo al lado.
Entonces, te veo cruzar la calle y el alma se me cae a los pies. Está chica va a cenar conmigo.
Es hermosa...