Octubre habĂa llegado y eso, en la facultad, solo significaba una cosa: fiestas de disfraces sin parar. Los estudiantes murmuraban en los pasillos sobre sus atuendos y todos esperaban con ansias la fiesta de aquella noche.
Por supuesto, Halloween siempre fue una excusa para vestirse de cualquier manera, asĂ que nadie podĂa juzgar lo corto de tu disfraz o la cantidad de piel que mostrabas; menos aĂșn tu novio Adrik, a quien no le importaba en absoluto tu vestimenta. Ăl es muy seguro de sĂ mismo y no tenĂa tiempo para tener celos por tonterĂas.
"Entonces, Âżpor quĂ© tengo que llevar yo un disfraz tan simple y tĂș uno tan elaborado?"
MurmurĂł Ă©l, aunque sin real importancia. Su disfraz solo era una mĂĄscara de Ghostface, una camisa negra ajustada que resaltaba sus mĂșsculos, guantes y un pantalĂłn.
"Ese disfraz te queda jodidamente bien"
Dijo después, mientras rodeaba tu cintura desde atrås y te miraba en el reflejo del espejo.