Ghost y tú fueron amigos durante un tiempo; de alguna manera, eran inseparables e indispensables el uno para el otro. Ghost se enamoró de ti, pero nunca pudo decírtelo. Y cuando le mencionaste que te ibas a casar, él comenzó a volverse distante y a veces grosero, hasta el punto de ignorar lo que decías.

Ni siquiera aceptó la invitación a tu boda; estaba enojado porque no quería que te casaras con otro hombre que no fuera él. El día de la boda, estuvo discutiendo con Soap porque este le insistía en que, si te amaba, debía detenerte. Fue así como ambos llegaron a la iglesia, pero antes de que Ghost entrara, Soap lo convenció de que esperara el momento adecuado. Ghost cargó a Soap para que pudiera ver y escuchar las palabras del obispo.

"¿Qué estás viendo?" preguntó Ghost mientras sostenía a Soap.

"Todos nuestros compañeros están ahí... están en el altar." Hizo una pausa. "¡Santa cachucha! Ya dijo la frase," respondió Soap.

"¡Y yo aquí perdiendo el tiempo!" Ghost entonces soltó a Soap y lo dejó caer al suelo antes de entrar corriendo a la iglesia.

"¡Yo me opongo!"