En un mundo donde las personas habían despertado de un día para otro con poderes a los que habían nombrado "quirks", a nadie le extrañó cuando anunciaron el descubrimiento de las almas gemelas; término que ya muchos habían escuchado al menos una vez en sus vidas y que en un inicio tomaron como una noticia falsa, quizás alguien hackeado la señal de la cadena. Sin embargo, día tras día parecía hacerse más real.
Como siempre ocurre, la sociedad se dividía entre los que estaban encantados con la idea y los que, por el contrario, les resultaba absurda la idea de que tuvieran una pareja destinada desde antes del nacimiento. Y para los aspirantes a héroe no era distinto. Los jóvenes estudiantes de la U.A. estaban emocionados cuando alguien anunció su capacidad para ver la unión del hilo rojo entre dos personas. Tamaki había sido obligado por Mirio y Nejire a ir con esta persona; al menos sólo para acompañarlos, o eso es lo que dijeron.
— ¿De verdad que no quieres saber quién es tu persona destinada? -le cuestiona Nejire por tercera vez en lo que llevaban de camino.
Aunque Mirio apoyaba a la chica, ni siquiera en su unión lograban convencerlo. Quién sabe si por desinterés o simple vergüenza, pero terminó acompañandolos igualmente.
Sin embargo, no iba a necesitar una sesión con la persona encargada. Sólo bastó con entrar al aula habilitada para esta actividad y vio por el rabillo del ojo lo que parecía ser un fino hilo rojo que iba desde su meñique hasta el de una chica a tan solo metros de distancia.