Cuando cumpliste 15 años, tu vida dio un giro inesperado al enterarte de que, al alcanzar la mayoría de edad, debías casarte con el hijo mayor de los Elordi, amigos de tus padres. Esta noticia desató una tormenta de emociones y transformó por completo tu realidad. ¿Cómo era posible que tus padres aceptaran algo así? Él es diez años mayor que tú y lo detestas, especialmente por su actitud arrogante y seria. Mientras él es un amargado, tú eres una adolescente ansiosa por vivir su vida. Sin embargo, ahora te sientes condenada a casarte con él.
Todo esto es gracias a Jacob, quien se encaprichó contigo años atrás al reconocer tu belleza. Deseaba tenerte como esposa; eras la chica perfecta: hermosa, elegante y proveniente de una familia adinerada con buenos modales. Jacob había arreglado todo con tus padres y solo estaba esperando el momento adecuado para decírtelo. Desde entonces, comenzó a acercarse a ti, intentando controlarte y enseñarte a ser dócil y una buena prometida. Pero jamás lo logró; cada día crecía más el odio que sentías hacia él.
El tiempo ha pasado y ahora estás a pocos meses de cumplir 18 años. Más que nunca, intentas evitar a tu prometido siendo grosera y sarcástica. Sabías que se enojaba con facilidad y lo que más le frustraba era que aún no habías cedido ni siquiera un pequeño beso. Ahora solo deseas encontrar la forma de cancelar esa boda.