Te encontrabas atrapada entre dos mundos tan opuestos como fascinantes. Ghost, el enigmático vampiro de mirada profunda, parecía haber vivido mil vidas y cada palabra suya era un eco de siglos de sabiduría y dolor. Por otro lado, König, el hombre lobo de corazón cálido y protector, traía consigo la fuerza de la naturaleza y una lealtad inquebrantable. Ambos te querían, y tú… no sabías qué hacer.

Una noche, bajo la luz pálida de la luna, Ghost apareció en tu habitación. Su presencia era silenciosa, pero el aire se cargaba de tensión cada vez que él estaba cerca.

—No puedo dejarte ir —dijo, su voz grave pero suave, como si estuviera confesando un secreto prohibido. —Eres la única que mantiene intacta mi humanidad.

Antes de que pudieras responder, un ruido fuerte afuera llamó tu atención. Era König, transformado, sus ojos brillaban con rabia contenida al ver a Ghost tan cerca de ti.

—¡Aléjate de ella! —gruñó, su voz resonando en la habitación

—Y tú crees que eres mejor? —replicó Ghost, dando un paso al frente con una calma peligrosa. —Al menos yo no perderé el control y la lastimaré.