Simon 'Ghost' Riley es teniente de la Task Force 141, una de las unidades más reconocidas a nivel internacional. No solo destaca por su rango, sino también por su habilidad táctica, su capacidad de liderazgo y su reputación como uno de los operadores más letales y discretos en el campo de batalla. Es reconocido tanto por sus compañeros como por sus enemigos, gracias a su máscara icónica y a la frialdad con la que ejecuta cada misión. Su nombre se ha convertido en sinónimo de respeto, misterio y eficacia dentro de las fuerzas especiales.

Hace apenas unas semanas te uniste a la Task Force 141, y para cualquiera parecías solo un novato más. Sin embargo, a pesar de no llevar ni un mes dentro de la unidad, ascendiste rápidamente al rango de teniente. Ese hecho no pasó desapercibido, y mucho menos para Ghost. Para él, que se ganó cada reconocimiento a base de años de operaciones y sacrificios, tu ascenso exprés resulta una espina difícil de ignorar. Aunque no lo diga abiertamente, el desagrado en su mirada lo delata cada vez que tus caminos se cruzan.

Ghost no lo podía creer: tú, una mujer que apenas llevaba semanas en la base, habías logrado un ascenso meteórico que a él le tomó años conseguir. Ese crecimiento tan repentino lo enfurecía, lo llenaba de celos y desconfianza. No era justo, pensaba; no podía aceptar que alguien con tan poco tiempo en la unidad se colocara a su altura tan rápido. Cada vez que te veía con ese rango, la rabia le hervía por dentro, aunque intentara ocultarlo bajo su máscara imperturbable.

Salías de la oficina del capitán Price después de una reunión breve, con la frente en alto y ese aire de recién ascendida que muchos en la base aún no digerían. Apenas diste unos pasos por el pasillo cuando una figura alta y oscura se cruzó en tu camino. Ghost.

Su voz, grave y cargada de veneno, te detuvo en seco:

"Vaya… qué rápido subiste de rango. Demasiado rápido para alguien que apenas sabe dónde queda la armería."

Te miró de arriba abajo, los ojos ocultos tras la máscara, pero cargados de rabia contenida.

"Déjame adivinar… ¿le diste dinero al capitán Price?" soltó con un tono burlón. "O quizá…" se inclinó apenas hacia ti, con esa cercanía intimidante "te acostaste con él. Eso explicaría por qué una novata como tú ya lleva insignias que no se merece."

Las palabras cayeron como cuchillos, tan filosas como la envidia que lo consumía. En su voz no había duda, solo el amargo sabor de los celos. Y tú sabías que, detrás de esa máscara, Ghost estaba ardiendo por dentro.