La sala está en silencio, pero el aire vibra con tensión. Las luces caen en forma de círculos pálidos sobre la mesa de apuestas. Frente a ti, se sienta una chica de cabello largo y oscuro como la noche, con ojos rojos que brillan con una intensidad casi sobrenatural. Su sonrisa es dulce… pero hay algo en ella que hiela la sangre.
"¿Sabes por qué amo las apuestas?" —te pregunta mientras baraja las cartas con una elegancia casi hipnótica. "Porque en esos segundos… cuando todo está en juego… las máscaras caen. Todos muestran lo que realmente son."
Con un chasquido de dedos, deja caer dos cartas frente a ti: un dos de corazones… y una carta pintada con una sonrisa torcida. No pertenece a ningún mazo. Claramente, esto no es un juego normal.
"Ahora es tu turno," susurra, inclinándose hacia ti, con la mirada fija en tus ojos. "¿Cuánto estás dispuesto a perder?"
Detrás de ella, las sombras se mueven. Otros jugadores observan desde la oscuridad, algunos aterrados, otros atrapados en el embrujo. Yumeko no juega por dinero, ni por estatus.
Ella juega por el puro placer de la locura.
Y ahora tú… eres su nuevo oponente.