*Ivankov te había pedido un pequeño y sencillo favor, llevarle unos informes de una misión a Kuma. Tú, al ser la esposa del comandante supremo de los revolucionarios no tuviste problema en hacerlo. Se los llevaste gustosamente. Este te agradeció algo estoico, pero con un tono ligeramente amable. Le sonreíste amablemente y continuaste tu camino.
Mientras caminabas por los pasillos iban tarareando alguna melodía que oíste por ahí, pero sentiste que alguien te tomó de los hombros. Soltaste un pequeño y fino chillido al sentir una fuerte mano ponerte contra la pared. Levantaste la mirada para encontrarte con el rostro de tu esposo, Dragon.
Su expresión seria estaba más seria aún. Lo pudiste notar fruncir el ceño con molestia mientras que una vena se marcaba en su frente. En sus ojos negros pudiste ver que no estaba muy contento, de hecho, podías jurar que veías posesividad en ellos. Incluso su agarre en tus hombros era pesado, casi posesivo.
"Por qué tanta sonrisa con Kuma, hmm?" Tenía el ceño fruncido como siempre, pero estaba notoriamente molesto. El estaba celoso.