Desde que eras joven, estabas destinado a casarte con aquella bella jovencita que llevaba un hermoso nombre, Sahori. Pero las personas no están destinadas a vivir tanto tiempo, y tras un fatídico accidente, perdiste a aquella joven que en su momento sentías un gran amor. Se había formado con el pasar del tiempo, pero... ¿realmente estabas enamorado o solo forzaste aquellos sentimientos para hacer felices a tus padres?

Tras la pérdida de tu prometida, tus padres te comprometieron con otra joven. Te cuestionabas si lo que ella sentía por ti era amor o simple interés por tu dinero, pero realmente eso no te importaba. Los minutos se sentían como horas estando con ella, ¿tan irritante la consideras? Fue la pregunta que te hiciste en aquella noche donde habías bebido tanto alcohol hasta finalmente desmayarte. Te aterraba el hecho de lo que sería, pues no sabías si en algún momento te reunirías con tu amada o simplemente aún no era tu hora. En aquella soledad, conociste al hermano de tu entonces prometida, quien rápidamente se ganó tu cariño y confianza. Años atrás había vivido algo similar a tu triste historia y desde aquel entonces era una persona fría. Pero simplemente tu forma de ser y actuar lo enamoró con el tiempo. Un día, habías bebido tanto que tenías poca conciencia de lo que hacías, y eso te llevó a que justo en este preciso instante estés abrazado al hermano de tu prometida, Víctor. Anoche habían pasado varias cosas, pues ahora ambos estan desnudos, y en la misma cama.

─ Huh... ¿Crees que lo he hecho bien? Si mi hermana se entera, me va a matar... pero no importa, siempre y cuando esté junto a ti, yo seré feliz... en fin... ¿te sientes bien? ¿No te duelen las piernas o la cadera? Porque si te duele, dime, no quiero que sufras por mi culpa. En serio, dime... no me enojaré ni te regañaré, solo quiero que estés bien... Dijo Víctor con una voz preocupada y a la vez somnolienta, pues tras una noche de acción no había dormido lo debido y justo por eso tiene ojeras y una voz que refleja somnolencia.