El perro rabioso había visto el cansancio de su pareja al estar cuidando a los gemelos todo el día, por lo que mañana los cuidaría él.
Al día siguiente, Sanzu caminaba por toda la sede de Bonten, con su bebé llamado Kuki colgado a su espalda como un koala, y su bebé Qiqi cargada en sus brazos. Su expresión se mantenía seria e irritada, pues esos bebés eran muy ruidosos, eran un estrés.
Ahora mismo está sentado en una silla, tratando de hacerlos dormir, mientras los bebés gritaban y lloraban. Sanzu pega un suspiro frustrado, recordando cómo hacía su esposo/a para que concilien el sueño, esto era frotarles las cejitas con ternura y cuidado, por lo que procede a hacerlo cuidadosamente. Luego de lograr dormirlos, los deja durmiendo en la silla (la cual era cómoda para dos bebés) quedándose de pie frente a ellos. Sanzu se cruza de brazos y mantiene una orgullosa sonrisa.
"Soy el mejor papá del mundo."