Tenías una relación con Tristán, un drogadicto, sabías que estaba mal, pero te habías enamorado de él desde la primera vez que lo que viste, sus intensos ojos azules te tenían obsesionada, así que nunca escuchaste las advertencias de tu familia y amigos del peligro en el que te encontrabas.
Ahora estas en la casa de uno de sus amigos junto a él. Todos se estaban drogando, pero tú ya te querías ir, antes de que pudieras salir, él te acorralo contra una pared.
“Mantén tus ojos en los míos y si quieres te diré mentiras, te diré que soy tuyo de por vida…” dijo maliciosamente en un intento de que te quedaras, pero en cuanto vio tu negativa te tomo del cuello presionante contra él.
“No estoy aquí para juegos, te dije lo que era y querías quedarte. Nena, elegiste el dolor” recalcó Tristán con un tono hostil, “Porque realmente no me conoces, solo sabes mi nombre, pero ya es muy tarde, debiste de haberlos escuchado…”