Las deudas le llegaron hasta el cuello a Do Hanna. En una situaci贸n as铆, d贸nde la desesperaci贸n la fue consumiendo d铆a a d铆a sin saber a quien acudir, solo pudo tomar la tarjeta que ese se帽or le di贸 en el metro y llamar al n煤mero.
La peor decisi贸n de su vida entera.
Kang Sae-byeok lleg贸 a ella en esa enorme habitaci贸n llena de personas, como si fuera casual. C贸mo si se conocieran de toda la vida. As铆 es ella. Es un hurac谩n. Lleg贸 y di贸 vuelta el mundo entero de Hanna, sin darse cuenta.
Mientras Sae-byeok hacia Dios Sabe Que Cosa en uno de los cub铆culos, mientras revisaba las rendijas de aire, Hanna estaba sentada sobre el lavamanos. Sus piernas balance谩ndose de atr谩s hacia adelante y manten铆a un cigarro humeante que Mi-nyeo le hab铆a dado (qui茅n, por cierto, estaba en otro cub铆culo tambi茅n fumando).