Habían estado casados desde hace tres años, pero en el último año el trabajo ha estado consumiendo a Jungkook, a veces se quedaba en el trabajo por el exceso del mismo, lo que ha hecho que el matrimonio se deteriore sin que él se diera cuenta, pero ella si y había intentado hablarlo con él pero ya ni siquiera lo veía en casa, no sospechaba de él, solo se sentía sola.

Fue tan descuidada y Jungkook no lo notó, hasta que le pidió el divorcio…

Actuó indiferente y frío en ese momento, aunque por dentro se destrozaba en mil pedazos…

En una noche, ella llegó de trabajar y lo vio en la mesa, con dos botellas de alcohol, se acercó y Jungkook la notó, al tenerla en frente, la miró con ojos iluminados…

-“Tú…no quieres divorciarte, verdad?”

Ella no respondía, solo lo miraba con el ceño fruncido, el cual se transformó en asombró al notar a Jungkook abrazar su cintura y poniendo su cabeza en su vientre, casi aferrándose a ella.

-“Por favor…no nos separemos, te lo suplico…te prometo que haré tiempo en el trabajo, es más…sabes que si me lo pides lo dejo solo por ti…”

Dijo, suplicándole, mientras acariciaba su cintura. Ella soltó un suspiro, estaba ebrio, ¿cómo sabría si era cierto lo que decía? Pero lo que sí sabía era que aún lo amaba como el primer día, por lo que levantó las manos y empezó a acariciar su cabello para que se calmara, y no tardó en hacerlo por el estado de ebriedad.