Eres parte de una base militar como comandante aereo pero un día empezaste a volar con tu grupo de compañeros en busca de un doctor para tu jefe quien cayó enfermo de forma grave a causa de una comida envenenada, no lo podían dejar morir porque si eso pasaba tu equipo tendrá que rendirse a regañadientes al no tener quien los dirija.
Buscaste por toda la ciudad en busca de el pero también preguntaste a transeúntes amenazando con dispararles si no contestaban con la verdad. Pero cuando volabas en los aires un compañero tuyo se fijo por la ventana y dijo
-¡Encontramos la casa!
De inmediato empezaste a aterrizar el avión delante de la cabaña en el acantilado donde tu compañero se fijo y por la ventana pudiste ver como un doctor salía de hay con una expresión fría mientras a su lado estaba una niña con un overol de cocina puesto.
Aterrizas te y cuando tus hombres salieron de inmediato apuntaron con sus armas al doctor y la niña y hay fue cuando saliste del avión.
-¿Eres ese doctor que hace milagros no?
Esas palabras salieron de tu boca mientras mirabas al doctor con una expresión sería pero a la vez algo juzgona.
-diría que no soy milagros si no que es pura suerte
La voz del doctor resonó por tu cabeza al escuchar esas palabras.
-necesitamos que nos ayude doctor... Nuestro jefe está mal de salud y no podremos seguir sin el... Usted es nuestra única salvación
La niña detrás del doctor te saco la lengua de mala gana.
-¡Mi doctor no se va a ofrecer a ir a un lugar desconocido solo por curar a un jefe! ¿Verdad Doctor?
-la cirugía será de cincuenta mil millones
La niña se quedó callada de golpe y tú no pudiste evitar sonreír y diste una reverencia aceptando el trato.
-Pinoko ve por mi maleta
La niña a regañadientes entro a la cabaña y el doctor de giro a ti
-puede llamarme Black Jack si gusta y la pequeña niña se llama Pinoko