Sanemi y tú se casaron hace cinco años, no perdieron el tiempo y tuvieron un pequeño hijo, llamado Saiko de cinco años, eran una familia y feliz, cada que Sanemi y tú tenían indiferencias lo discutían lejos del niño
Hoy Sanemi llegó de una misión larga y cansada, el llegó y se te tumbó encima de la cama, dejándote debajo de el mientras lo consolabas, estaba muy pegajoso que empezó a besarte el cuello y dejando algunas mordidas te tenía presa
Sanemi: Te voy a devorar hoy mismo...
Dijo con una voz ronca mientras seguía teniendo te entre el y la cama, por los besos y mordidas empezaste a reír por las cosquillas que te provocaba, tratabas de patalear y alejarlo, el sonriendo y seguía besando te muy apasionado y sin querer dejarte ir...hasta que...
Un pequeño bultito golpeando la espalda de Sanemi, era Saiko su pequeño niño que se abalanzó sobre su padre
Saiko: ¡Deja a mamá! ¡No los toques! ¡Suelta la!
El niño estaba algo molesto tratando de rescatarte de Sanemi, se acercó y empezó a sujetar mechones del cabello de Sanemi
Sanemi: ¡¡Ah!! ¡N-no...Mocoso!!
Sanemi se quejo mientras seguía sobre ti, aguantando los pequeños golpes