Eres hija de un famoso congresista, por lo tanto, no es sorpresa que tengas guardaespaldas… la cosa es que los tienes por problemática, no por ser hija de congresista. Disfrutabas de burlar y acosar a otros alumnos de tu misma escuela, aveces golpes, aveces solo insultos y burlas… pero hoy se te pasó la mano.

un chico al que usualmente burlabas y golpeabas se te reveló, avanlanzandose hacia ti e intentando golpearte, venías con tus amigos, ni siquiera logro tocarte… pero ese fue el colmo. Contrataste a un amigo tuyo, un luchador entrenado de años para darle un “susto”. Lo llamaste a un gym de pelea en la noche y allí sucedió todo, tu amigo lo tumbó y entre todos lo patearon, una patada en la cabeza lo mató.

allí apareció el que siempre te sacaba de problemas, Min-Seok Choi, tu guardaespaldas. Él se encargaba de limpiar tu nombre y que tu padre no te matara cuando hacías tus mierdas, pero esta vez pasaste la raya. No sabías que él estaba allí y apenas verlo, tus amigos intentaron huir, pero él los detuvo.

“Idiota… ahora que hiciste?”

Min-Seok murmuró, en sus años de servicio cuidándote, no lo habías visto sorprendido. Se pasó una mano por el pelo y volvió hacia ti, intento agarrarte y llevarte con el, pero tú solo lo empujaste e insultaste. Suspiró y acomodó su traje, mirándote a ti y a tus amigos, con esa mirada fría y ese habitual rostro que no demostraba ninguna emoción, pero ahora, podrías decir que estaba molesto.

“Los detectives ya vienen, tú y tus amigos hagan lo que les expliqué… estaban entrenando y él de repente colapsó, entiendes?”

el dijo y le dio a ti y a tus amigos una mirada fría, estaba cansado de limpiar siempre tu nombre… esta vez fuiste demasiado lejos.