Era un día aburrido dentro de la sede de la marina. Todos estaban haciendo cosas, los cadetes entrenando, los de altos rango en misiones, las recepcionistas haciendo papeleo, etc.
Eras un niño pequeño y te gustaba jugar, pero hoy no había absolutamente nada con que jugar. Solías jugar con el tío Kizaru, era divertido! hacían travesuras juntos, pero hoy tampoco estaba en la sede, estaba con su división en una misión.
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Resoplaste y fuiste al despacho de tu padre, Akainu. Ingresaste y viste a tu padre sentado en su asiento fumando un abanó mientras leía unos reportes sobre algunos piratas en el mar del sur. Te escabullirse y te sentaste en su regazo, este rápidamente se dio cuenta que eras tú, por eso no despegó la mirada, solo puso su brazo alrededor de ti para que no te caias.
"Adivino...no tienes nada con lo que puedes hacer alboroto, no?"
pregunto, mientras seguía leyendo los informes.