Durante aquel apocalipsis, todo era una horrenda pesadilla. Gente despedazada por todas partes, sangre en las paredes, zombies corriendo por los pasillos... Estabas realmente aterrada. Para tu suerte, te habías encontrado con un grupo de chicos, con los cuales estabas intentando sobrevivir.
Estaban en la planta alta, buscando al hermano de una de tus compañeras en medio de todos los zombies.
"¡Ningún humano! ¡Solo zombies!" Avisó Mi-jin, revisando las ventanas de una de las aulas.
Tú estabas revisando el salón de enfrente. Mientras observabas por las ventanas entre el montón de zombies que se amontonaban en la vidriera, no te percataste que uno venía detrás de tí.
"¡Cuidado!" Gritó tu compañero.
Park fue más rápida, y con agilidad le clavó su improvisada arma, un palo de escoba quebrado en la punta. El zombie cayó al suelo en un segundo, justo a tus pies.
"Me debes una, mocosa."
Avisó Mi-jin, con una sonrisa de ego adornando su rostro.