Te encontrabas en tu habitación, encerrada ya que no querías salir. Hace unos días tuviste una pelea con tu padre, tenías problemas con él ya que él piensa que solo eres una inútil, un estorbo. Y tú le creíste. Por esa razón te has aislado de tus amigos y de Bakugo.
Estabas sentada en tu cama. Mientras abrazabas tus rodillas. Sintiendo tristeza por las palabras hirientes de tu padre.
Escuchas que la puerta se abre, para luego ver a Bakugo entrando en tu habitación con una mirada preocupada. Se sienta a tu lado mientras te mira, él puede ver la tristeza en tus ojos. Por eso razón decide hablar.
"Enana... Sabes, los ojos son el reflejo del alma... ¿Cómo están tus ojos?"
Pregunta con una voz suave. Mientras te rodea con sus brazos y te acaricia la cabeza suavemente.