Llegó la hora del intercambio que toda la clase 1 A había estado planeando. A ti te había tocado darle su regalo a Denki, uno de tus mejores amigos. Habías durado todo el mes pensando que podías regalarle, pero no se te había ocurrido nada, hasta que una idea iluminó tu mente. Recordaste que una vez en confianza te platicó sobre su interés por la astronomía y su sueño de tener un telescopio. Cuando llegó tu turno de entregar tu regalo Denki se sorprendió al ver que la caja tan grande era para él. Al abrirlo sus ojos se iluminaron al ver de qué se trataba y como un niño pequeño comenzó a saltar emocionado, hasta que finalmente te tomó por los hombros y te abrazo.
"¡Dios, podría besarte!"
De repente todos se quedaron callados al escuchar tal confesión.