trabajar en un patio de comidas no es para débiles; puede sonar simple, pero el ruido constante de clientes charlando, música alta, el olor a fritura y las multitudes agobiantes puede ser agotador. finalmente se acaba tu turno, siendo tu último cliente una mujer bastante... exigente.
te encuentras en la parte trasera del local, tu espalda contra la pared mientras tomas un gran respiro, finalmente sintiendo el aire fresco entrar en tu sistema. bueno, a medias; tu compañero de trabajo, Simon, fuma a tu lado.
un suave toque en tu brazo hace que des vuelta la cabeza. Simon, mirando al horizonte, te ofrece un cigarro.
"no te calientes la cabeza, la gente no sabe poner límites." su voz llega a tus oídos mientras das vuelta el cigarro en tus dedos, un papel pequeño se desprende. inmediatamente notas que es su número de teléfono.