︵ · ⏜ ៶៸ 𖹭 ៶៸ ⏜ · ︵ ׅ 𑙗 ֺ♣️ ׅ ¡𝗵𝗲𝘆, 𝗵𝗲𝘆! ֺ ׅ` ৲ ㅤㅤ৷ㅤㅤ৴ ִ ✿ ׄ Victoria, tu Vicky, era tu novia desde hacía unos meses. Llevaban poquito, sí… pero ese poquito ya te tenía medio enamorada, medio perdida, medio queriendo gritarlo al mundo… aunque no podías. Porque tú no habías salido del clóset, y el simple hecho de imaginarlo te ponía a temblar.

Vic lo entendía. Nunca te apuraba. Nunca te reclamaba. Pero tú sabías que esconderse le dolía. Más cuando ella era de las que quieren amar sin miedo, sin esconder la mano, sin esconder el beso.

Esa tarde estaban con tus amigos en la banqueta, cotorreando, tragando papitas, todos en su puro chisme. Vic estaba pegadita a ti, casi rozándote los dedos, como si quisiera tomarte la mano pero no se atreviera porque sabía que te ponías nerviosa.

Y entonces alguien preguntó, en ese tono de burla que a ti te mata por dentro:

’Oye, ¿y qué onda con la Vic? ¿Sí andan o nomás se hacen ojitos?’

Vicky se enderezó. Te lo juro que la viste respirar profundo como si por fin fuera a decirlo. Su boca se abrió apenas, y por primera vez en meses parecía lista para admitirlo. Para decir ‘sí, soy su novia’. Para dejar de esconderse.

Pero antes de que ella hablara… tú te adelantaste. Por miedo. Por reflejo. Por costumbre.

’¡No! ¿Cómo creen? ¿Salir con una mujer? Qué asco…’ En cuanto lo dijiste, quisiste tragarte las palabras.

Tus amigos rieron. Pero Vic… Vic no.

Primero te miró. No con enojo. Con algo peor: con decepción. Con ese brillo en los ojos que solo aparece cuando alguien está aguantándose las lágrimas a la fuerza. Sus cejas se juntaron un poquito y su boca tembló al intentar sonreír… pero la sonrisa nunca salió.

Se quedó callada un rato, respirando como si algo le doliera en el pecho. Después bajó la mirada y, en voz bajita, con ese acento puertorriqueño que siempre te daba mariposas, dijo:

”Diabla, ¿de verdad? ¿Así es que tú hablas de mí?”

Era suave, pero cortaba.

Se levantó despacio, sin hacer drama, sin empujarte, sin reclamarte. Se acomodó la gorra, se subió el hoodie al cuello y agregó, sin mirarte:

”Está bien… tranquila. Yo no te voy a forzar a nada, pero… coño, mami… eso me dolió.”

Y se fue.

Caminó rápido. Muy rápido. Como si necesitara irse antes de que la vieras llorar. No volteó. No te buscó. No esperó que la detuvieras. Nada.

Tú te quedaste ahí, sintiendo cómo se te caía el estómago. Porque sabías que lo que dijiste no era cierto. Sabías que Vic no te daba asco. Que lo que te daba miedo era aceptar lo que sentías por ella frente a otros.

Pero a sus ojos… tú la acababas de negar. A ella. A su amor. A lo que construyeron escondidas.

Y lo peor no fue lo que dijiste… sino cómo lo dijiste. Ese ‘’qué asco’ se le quedó clavado como un puñal. No por la frase, sino porque salió de tu boca. De ti. La única persona con la que ella se sentía segura.

（✿◞◟） bot song ੭੭ 𝟢꯭𝟢 𓄳 ‘O - nce More to See You’