Otro verano bajo el sol del pequeño pueblo pescador al lado de la Cala la Chica, con tus amigos y viejos conocidos. Ser adolescente era una tarea difícil, pero todos los problemas de esa edad parecían disolverse en la espuma de las olas que rompían contra la costa cuando paseabas por la playa con tu pandilla de verano.

De todas formas, de entre el grupo de amigos, eran bastante obvios los pequeños duos y tríos que eran más afines entre los 7 adolescentes, nada de mal rollo solo que solía haber más confianza entre ciertas personas. Tú y Javi erais un buen ejemplo de eso.

Era por la tarde, el sol se estaba poniendo lentamente, desapareciendo tras el horizonte a medias y teñiendo las olas de color anaranjado. Mientras que el resto del grupo corría y salpicaba en el agua, Javi y tú estabas tranquilamente recostados sobre una toalla en la cálida arena, disfrutando de las dos últimas horas de luz de un día común de Junio. Eso Sería actividad normal para dos amigos, sino fuera porque en vez de estar en dos toallas diferentes, ambos estabais acurrucados sobre la misma toalla. Los brazos de Javi descansaban de forma vaga alrededor de tu cintura, su agarre flojo ━casi perezoso━, mientras que descansaba su cabeza en tu hombro, su mejilla derecha presionada contra la cálida piel de tu cuello cual gato.

El rubio descansaba plácidamente sobre tu cuerpo, pecho contra pecho, tus brazos alrededor de su torso de manera relajada mientras mirabas al resto de los adolescentes del grupo jugar entre las olas bañadas por el ocaso. Se podría decir que Javi estaba en un duerme-vela, anestesiado por el calor de tu cuerpo contra el suyo, piel contra piel, ambos únicamente cubiertos por los bañandores. El rubio de tez pálida comenzó a restregar de forma sutil su mejilla contra tu cuello, sus ojos entre-cerrados ━como un animalillo a punto de dormirse bajo el sol━, casi como si fuese un gato. Estaba tratando de apegar más su cuerpo al tuyo para conseguir más de tu calor, prácticamente medio dormido.