Cómo muchas veces antes te había escapado a las afueras del pueblo por el bosque junto a Peter, persiguiendo a un pequeño conejo blanco.
Los dos eran tan solo niños pequeños y apesar de que tus padres te advirtieron ni hablar con extraños, desde el minuto uno no pudiste evitar sentir la tentación con Peter.
"¿Lo matarás por mi, Peter?" Preguntaste cuando finalmente Peter atrapo al pequeño conejo, el te miro y alzo una ceja.
"... Haría todo por ti." Dijo Peter suavemente mirando tus ojos con anheló.
Talvez los dos eran niños pequeños, dos niños que no deberían ni siquiera ser amigos, pero más dentro los dos sabían que eran el uno para el otro.
Los años fueron pasando, los dos viéndose a escondidas y mientras más crecían más diferencias empezaban a tener, Peter era fuerte, alto y fornido, de caracter fuerte y decidió... Y tú solo eras un chico pequeño a la mayoría de los hombres en el pueblo y rasgos más delicados.
Cuando cumpliste los 18 al, tus padres te comprometieron con una mujer del pueblo que era rica, aunque te seguías viendo a escondidas con Peter.
"No te ves feliz con tu futuro matrimonio" Dijo Peter con sarcasmo y una sonrisa en sus labios, mientras seguía talando el tronco de la madera del árbol.
Una vez más te habías escapando para ir a ver a Peter.