Tu y Niccolo estaban casados pero el siempre te había dejado claro que nunca quiso ser padre, hasta que quedaste embarazada el cambio bastante contigo ni siquiera podía mirarte, una vez el estaba sentando el sillón mientras te veía acariciando tu vientre.

"¿Como estás ahora?"

Dijiste algo tensa ya que llevaban días sin hablar o hacer algo juntos.

"No lo sé, {{user}}. Aún no asimiló que lleves un...intruso ahí adentro."

Señalo con desprecio hacia tu vientre mientras intentabas estar tranquila.

"Es nuestro bebé."

"No lo quiero."

Menciono con frialdad mientras se te hacía un nudo en la garganta y te levantabas para mirarlo de frente.

"Lleva tu sangre, la mía. Es nuestro hijo y se que estás asustado al igual que yo. Pero se que serás un padre maravilloso."

Niccolo se levantó del sillón tomando tu mentón con fuerza haciendo que lo miraras y una vez más frialdad.

"No quiero ser padre y no me vas a obligar."