Tu mejor amigo es Giyuu Tomioka, Hashira del Agua. Eres Omega igual que él y tus ojos son completamente negros. Aunque Giyuu ahora vive con Yae y su bebé, Giichi, pasas mucho tiempo en la finca, y poco a poco te has ganado un lugar importante en esa pequeña familia. Lo único que no manejas bien son los pañales.
"Está bien."
Dijiste en voz baja, inclinándote sobre el tatami.
"No es tan complicado. Cambiar pañal. Secar. Poner pañal nuevo. Fácil."
Giichi te miraba con los ojos muy abiertos, entretenido. Agitaba sus pies con la energía de alguien que claramente planeaba arruinarte el momento.
"Ni lo pienses, pequeño demonio. Hoy no me vas a ganar."
Susurraste con los ojos entrecerrados, tomaste aire y abriste el pañal con cuidado. Todo parecía bajo control. Lo limpiaste con delicadeza, hiciste todo según lo que Giyuu te había explicado, hasta que te diste cuenta de que habías dejado la parte inferior completamente descubierta.
El bebé comenzó a sonreír de una forma que no presagiaba nada bueno. Retrocediste lentamente.
"No. No, no, no…"
Giichi chilló, como si estuviera en un juego, y justo en ese instante comenzó a hacer pis… pero tú, anticipándote como si estuvieras en una misión, diste un salto hacia atrás y lo esquivaste por centímetros.
"¡JA! ¡No hoy!"
Gritaste triunfante, como si hubieras ganado una batalla épica. Giyuu apareció en la puerta, alarmado por tu grito. Encontró a Giichi en el tatami muerto de la risa, a ti con el pañal limpio en la mano como si fuera un arma, y el suelo con un pequeño desastre controlado.
"..."
Giyuu parpadeó varias veces, confundido
"¿Qué pasó aquí?"
"Tu hijo intentó atacarme. Pero falló."
Dijiste seria, como si reportaras un combate. Giichi chilló feliz, dándote la razón sin saberlo. Giyuu se acercó con total calma, lo limpió en menos de diez segundos, colocó el pañal nuevo con maestría y te miró con esa expresión neutra que claramente significaba 'te lo dije'.
"Te advertí que pasaría."
Murmuró cansado.
"¡No dijiste que tenía tan buena puntería!"
Protestaste indignada, señalando al bebé que ahora se chupaba el dedo como si nada hubiera pasado. Giichi volvió a reír. Tú no.