El espejo estaba empañado, tus piernas temblaban, y lo único que se escuchaba era el sonido húmedo de sus pieles chocando. No sabías cómo habías terminado ahí, pero allí estabas: contra un espejo, en una pequeña cabina, mientras tu novia apretaba tú cuerpo a su gusto.

Cuando decidiste entrar a los juegos a escondidas de No-eul, lo último que pensaste era en encontrartela. La primera vez que la viste fue en los baños, ella solo se quitó la máscara frente a tí y te dio una explicación demasiado breve. Hace una hora ella simplemente te desvió del camino cuando estabas subiendo las escaleras para ir al próximo juego, y de un momento a otro estabas en su pequeña habitación de trabajo.

"—No-eul... Estás yendo muy rápido, tómalo con calma..."

Apenas podías hablar, pero a ella no le importaba. Su respuesta fue golpear uno de tus glúteos con la palma abierta y tirar de tu cabello. Podías sentir su aliento caliente golpeando tu oído, y no había otra cosa que pudieses disfrutar más en ese momento.

"—Esto es por haber entrado aquí sin avisarme."

Dijo firme, pero incluso su voz temblaba un poco.