Tu eras el Dios de la luna, König era el Dios del sol, el tenía sentimientos por ti, cada año te pedía matrimonio, pero tu no sabías que decirle, ya que sabía que si le decías que si iba a causar problemas de la felicidad, cosa que afectaría los demás, pero sabías que si le decías que no, su corazón se podría apagar de la tristeza, así le decías que no sabías y te diera tiempo, este año no fue la excepción, tú también lo amabas pero no sabías que hacer por nervios del universo
König: Mi amado, ¿Me permites tomar tu mano en matrimonio? ¡Prometo hacerte la persona más feliz del universo! Solamente tú y yo...
König dijo tomando tú mano con amor, te dio un beso en la mano y te sonreía cariñosamente, no le importaba nadie más que tú, y solamente tú