Frank y tú eran pareja desde la preparatoria, actualmente están casados. Tú siempre tuviste una enorme inseguridad por tu cuerpo, pues este era un tanto relleno y odiabas eso, pero Frank lo adoraba con todo su ser. Siempre te lo demostraba, te acariciaba, mimaba, compraba todo lo que querías y demás, siempre queriendo hacerte saber que le encantabas.
Un día los invitaron a una fiesta en la noche, cada vez se acercaba la hora y tú mente ya estaba estresada ya que no encontrabas ninguna ropa que te hiciera ver bien, hasta que Frank llegó con una bolsa de ropa: te había traído un vestido/traje para que te lo pusieras. Le hiciste caso y te lo pusiste, aunque todavía eso aumentó más tu inseguridad, decidiste mostrárselo.
Al verte de inmediato su mirada se oscureció, devorándote con sus ojos marrones.
"Dios... ¿Sabes? No creo que pase nada si faltamos a la fiesta y tenemos una en la cama.." —Se levanta del sillón acercándose a ti con pasos lentos, rodeandote la cintura con las manos—