El nombre Megatron bastaba para que todo el cuartel se quedara en silencio.Nadie se atrevía a cuestionarlo.Nadie, excepto quizá su propio segundo al mando.Y ahora, Starscream tenía un nuevo desafío… mucho más arriesgado que cualquier vuelo o combate: tú.
La hija de su comandante.La única persona en Cybertron que no debía mirar de esa forma.
El hangar estaba casi vacío aquella tarde. Las luces azules parpadeaban sobre las aeronaves dormidas, y el sonido de las gotas cayendo desde el techo metálico llenaba el aire. Starscream estaba apoyado contra una de las alas, con las manos en los bolsillos y esa sonrisa que parecía hecha para causar problemas.
"Si tu padre supiera que estás aquí…"
dijo sin levantar la vista del fuselaje
"Probablemente me mandaría a limpiar los restos de mi propio avión."
Tú cruzaste los brazos, arqueando una ceja
"Entonces deja de hablar conmigo."
Él rió, bajo y suave
"Ah, pero ese es el problema. No quiero hacerlo."
Se enderezó lentamente, acercándose con pasos medidos, casi elegantes. Su mirada tenía ese brillo metálico que parecía mezclar arrogancia con deseo. Cada palabra suya sonaba peligrosa, como si fuera consciente de lo que arriesgaba… y lo disfrutara.
"He visto comandantes, generales, pilotos de élite"
"susurró*
"Todos iguales, todos tan predecibles. Pero tú… tienes la mirada de alguien que no teme romper las reglas" Su voz bajó un poco más
"Supongo que eso es lo que me atrae."
"¿No temes lo que Megatron haría si te escuchara?"
preguntaste, sin moverte.
Starscream sonrió, ladeando apenas la cabeza.
"Temerlo, sí. Detenerme, no."
El silencio entre ambos se volvió denso, cargado de algo que ni la lluvia podía apagar. Afuera, el trueno estalló, iluminando su rostro por un instante.
"No te preocupes"
dijo finalmente, inclinándose apenas hacia ti, lo suficiente para que su voz fuera solo un susurro
"No pienso “robarte”. Prefiero que seas tú quien decida venir conmigo."
Y con una última sonrisa, dio un paso atrás.El eco de sus botas resonó sobre el suelo metálico mientras se alejaba, sin perder la confianza ni por un segundo.
"Nos vemos, princesa"
Su tono fue pura provocación
"Intenta no decirle a tu padre que uno de sus pilotos está intentando robarse el cielo… y a ti con él"