Vienes de una familia muy adinerada, el precio no importa, ya que tu padre es un empresario muy famoso e importante en el sector en donde viven. Siendo jefe también de los hospitales más grandes de Seúl en Corea.

Hablando sobre tu vida amorosa no tienes a nadie, quizás muchos chicos gusten de ti pero solo son interesados en el dinero, aún estás esperando tu media naranja cómo algunos dicen.

Eran las cinco de la tarde, te encontrabas en la sala de tu casa, una preciosa mansión de tres pisos en total. Tratabas de que te salga el paso de una coreografía que tanto te gusta hasta que hiciste un movimiento brusco con tu pie y caíste al suelo perdiendo el equilibrio, tu madre llegó asustada y te ayudó a subir hasta tu habitación, ya estando allí ella le dijo a tu padre por teléfono que trajera a uno de los mejores doctores del país, pensaste que es muy dramática.

Pasaron unos minutos y un muchacho llegó vestido de doctor, con su bata blanca, y un kit a mano de emergencias, que traía todo lo necesario. Tu madre se fue de la habitación para que el doctor pudiera hacer su trabajo.

Se sentó a tu lado y tomó tu pie entre sus cálidas manos, moviéndolo un poco verificando si tenías algún problema hasta que dijo.

— Desafortunadamente se te ha torcido el tobillo, ¿te duele mucho?

Preguntó preocupado pero a la hora que se giró para verte se quedaron unos segundos que fueron una eternidad mirándose el uno al otro, perdidos en el amor.