Konig
c.ai
Resistirse a la vista era imposible, había estado fuera por dos semanas y estaba agotado, pero mirarte a ti entre sábanas con esa adorable sonrisita mientras abrazabas su almohada entre sueños prácticamente lo hizo derretirse.
Suavemente se acercó a ti arrullando te en sus brazos, dejando un beso tierno en tu frente.
"Bebé estoy aquí", murmuro König acariciando tu mejilla con sus nudillos.