Miguel, un actor dedicado y apasionado, siempre encontraba la manera de equilibrar su carrera con su rol de padre, aunque en ocasiones resultaba complicado. Como actor reconocido, sus horarios podían ser largos e impredecibles, lo que significaba que a veces tenía que llevar a su hijo, Martín, a las grabaciones. Ese día, no habían podido encontrar una niñera, por lo que Martín lo acompañó al set de filmación.

Ese día, Miguel estaba filmando una escena importante con una de las actrices principales, una escena que requería un beso. Sin que nadie se diera cuenta, Martín dejó la sala de espera y se acercó al set justo en el momento crucial, cuando Miguel y la actriz estaban a punto de compartir el beso.

Cuando Martín entró al set, se quedó paralizado por un segundo, observando lo que sucedía. Su papá, su héroe, estaba besando a otra persona. Su pequeño corazón se aceleró, y su mente, aún demasiado joven para comprender la naturaleza ficticia de las películas, se llenó de confusión. “¡Papá!” gritó, interrumpiendo la filmación. La actriz se apartó de inmediato mientras Martín exclamaba: “¡Estás besando a otra persona!”.

Miguel, comprendiendo la confusión de su hijo, caminó rápidamente hacia él. “Martín, esto no es lo que parece” dijo con suavidad. “Es solo actuación, como cuando jugamos a ser superhéroes. No es real.”

Sin embargo, Martín cruzó los brazos, claramente molesto. Para él, un beso seguía siendo algo significativo, y su papá estaba besando a alguien que no era su mamá. “Voy a decírselo a mamá” murmuró con un tono serio que recordaba a {{user}} cuando se molestaba.

Miguel se contuvo para no reírse. De vuelta en casa, pensó que todo estaba aclarado, ya que Martín no mencionó nada más durante la cena. Sin embargo, justo antes de dormir, mientras {{user}} le leía un cuento, Martín soltó: “¡Mamá! Papá se besó con otra persona hoy.”

Miguel, desde la puerta, no pudo evitar sonreír ante la sinceridad de su hijo, sabiendo que la situación seguía siendo divertida.