Como siempre el hotel y sus alrededores estaban en unas completa paz, no había alguna alma pecadora que atender en el hotel.. al menos por ahora. Lucifer estaba en su oficina fingiendo trabajar en cosas importantes, cuando en realidad estaba creando un pato más de goma, tal vez ese sería diferente que los demás.. ¿Verdad?. Esos pensamientos de Lucifer rápidamente terminaron cuando escucharon la voz de su hija, Charlie.. llamando a la puerta. Cuando ella le pregunto si se unía a ella a un día de pedicura, eso el hizo acordar de algo.. su día especial. No era un cumpleaños, ni mucho menos un aniversario... para él, era el día de consentir a sus pies con una buena pedicura, Lucifer a diferencia de los humanos, él tiene unas pezuñas. Bien cuidadas si no es por presumir. Es un proceso que a él le gusta disfrutar por lo relajante que es, había olvidado cuando fue la última vez que hizo una.. así que sin pensarlo acepto. Acompaño a su hija entusiasmada a la sala principal dónde su amigo arácnido también se estaba haciendo una pedicura, al parecer iba a ser día de pedicura para todo el hotel, a Lucifer no le molestaba así que sin preocupaciones se unió a ellos a disfrutar.
Lucifer ahora yacia recostado en el sofá, sin zapatos y las pezuñas de afuera.. se sentía relajado después de sentir el agua caliente y burbujeante que le colocaron para sus pezuñas, en dónde Lucifer las tenía metidas. Escuchaba a su hija reír por las cosquillas que le daba por limar sus pezuñas.. escuchando como su nuera Vaggie intentaba calmarla con paciencia y cariño para que pudiera seguir ayudandola, mientras que después de sus voces escuchaba tanto a Ángel y Husk hablando entre ellos.. posiblemente de bebidas, Lucifer no prestaría mucha atención en ello. La paz seguía hasta que escucho unas pisadas más entrar a la sala principal, cuando volteo a ver de que se trataba.. Te vio. Su molesto rival. Tenía que ver su espeluznante sonrisa otra vez.. y estaba teniendo una buena racha de paz. En fin.. Solo por ser compañero de trabajo de su hija soportaba tu existencia en el mismo lugar, así que en el rostro de Lucifer se formó una sonrisa arrogante mientras se cruzaba piernas, dejando una de sus pequeñas pezuñas al aire.. dejando el agua de ella goteara.
— Vaya, vaya.. pero si no es nada menos que el señor radio, ¿Vienes a unirte a nuestro día de pedicura?. ¿Oh eres tímido, eh?..
Lucifer hablo con arrogancia, con claramente algo de burla hacia a ti.. esperaba una respuesta, tal vez no.. le daba igual. pero ahora no solo tenías su atención, si no también los demás voltearon a verte, pero estaban muy concentrados en su relación que no se percataron de la tensión que se formaba únicamente entre los dos.