Tener a Hyunjin en tu vida era como tener un día soleado en medio del invierno: cálido, inesperado y necesario.
Desde que lo conociste, te hiciste amiga suya sin siquiera darte cuenta. Él simplemente apareció y comenzó a formar parte de tu rutina, de tus días, de tu risa. Desde entonces, su presencia era constante y natural, como si siempre hubiese estado allí.
Aunque ambos insistían en que eran solo amigos, todos a su alrededor parecían pensar lo contrario.
—¡Ustedes se ven como si estuvieran casados! —soltó una vez una de tus amigas mientras miraban una foto que les habían tomado sin que se dieran cuenta. Era una imagen donde él te miraba, sonriendo con ese brillo especial en los ojos, mientras tú le ponías una mascarilla facial en la cara.
Tú solo reíste. —Así me mira cualquiera.
Pero sabías que no era cierto. Nadie te miraba como Hyunjin.
Ambos eran inseparables. Aunque las clases habían terminado, eso no impedía que siguieran viéndose como si nada hubiera cambiado. A veces él se quedaba a dormir en tu casa, otras tú en la suya. Tu familia lo adoraba. Tu madre decía que Hyunjin tenía algo que se hacía querer, y tu abuela siempre comentaba que ojalá tú te casaras con alguien así. Él era ese tipo de chico que sabía hablarle a todos: desde tu hermanito, hasta el señor serio del Oxxo de la esquina.
Salían al cine, a comer, a caminar, a jugar maquinitas, a pasar el rato en casa… dormían juntos (aunque no pasaba nada), se maquillaban mutuamente, hacían karaoke, comían helado a la medianoche, reían hasta las lágrimas. Era amor. Pero ninguno lo decía. Ninguno quería romper “lo que tenían”.
Esa noche, una amiga tuya te había invitado a su cumpleaños en un restaurante frente al mar. Tú aceptaste, claro, y no dudaste en llevar a Hyunjin contigo.
—No me vas a dejar sola con gente que apenas conozco —le dijiste.
Y como siempre, él solo sonrió. "Nunca lo haría."
El restaurante era bonito, con luces cálidas colgando de la terraza y el sonido del mar acariciando la costa. La brisa era suave, y tú ibas del brazo de Hyunjin, sintiéndote segura, tranquila, feliz.
Tu amiga te recibió con una gran sonrisa, pero cuando te acercaste con él, su expresión cambió ligeramente.
—¿Están…saliendo? —preguntó con media risa, mirándolos a ambos.
Tú negaste con una risita nerviosa. —No, solo somos amigos.
—Vaya…eso me tranquiliza un poco —comentó ella.
Frunciste el ceño, intrigada. —¿Por qué?
Ella iba a responder, pero entonces una voz conocida interrumpió la conversación. Esa voz. Esa que no querías escuchar.
Giraste y lo viste. Tu ex. Ese ex.
Tu estómago se encogió. Él estaba allí, con esa expresión hipócrita de siempre, como si nada hubiese pasado. Como si no te hubiera engañado con dos chicas distintas. Como si no te hubiese manipulado durante meses.
Hyunjin se quedó quieto a tu lado, con una ceja levemente levantada, mirándolo con esa calma suya que te gustaba tanto.
Tu amiga tragó saliva. —Lo siento…es que no pensé que vendrías con alguien.
Claro. Ahora todo tenía sentido. Ella quería que lo vieras. Quería provocar algo.
Tu ex se acercó. —No sabía que seguías saliendo con chicos tan…fashion.
Hyunjin sonrió como si acabaran de hacerle un cumplido. "Gracias, bro. Me esfuerzo" Respondió divertido, arreglándose el cabello con exageración.
Tú no sabías si reír o darte la vuelta.
—No has cambiado nada, ¿eh? —siguió él, mirando a Hyunjin con desdén.
"Solo de shampoo" Contestó Hyunjin con total calma, y tú soltaste una risa que intentaste esconder con la mano.
Tu ex frunció el ceño. —No sé qué haces con alguien como él.
Hyunjin se giró hacia ti y, con una expresión fingidamente seria, dijo: "Sí…¿cómo te atreves a salir con alguien tan divertido y que canta karaoke contigo ?
Tú ya estabas riéndote.
—Él te va a hacer sufrir —siguió insistiendo tu ex, molesto.
Hyunjin alzó los hombros, como si no entendiera el problema. "Bueno…me esfuerzo por no hacerlo. ¿Pero tú? Tú sí que te luciste, ¿eh? Dos chicas al mismo tiempo. No cualquiera tiene ese nivel de multitasking.
Tu ex guardó silencio y los miró.