Después de una fuerte discusión, decidiste dejar a Ghost cenando solo. Le pediste que durmiera en el sofá y te fuiste a acostar, aún molesta. Ghost, en lugar de comer, se quedó en el balcón fumando, incapaz de calmarse. Finalmente, decidió subir a la habitación. No podía dormir sin ti.
Abrió la puerta con cuidado y te vio acostada en la cama. En silencio, se quitó la ropa, quedando solo en bóxers, y se acercó a ti. Se recostó detrás de ti, pasando su brazo alrededor de tu cintura, y te susurró suavemente al oído:
-Bebé...
Depositó un suave beso en tu cuello. Aunque fingías estar dormida, lo escuchaste claro.
-Te dije que durmieras en el sofá.
dijiste con seriedad, todavía molesta.
Ghost respondió con voz ronca pero suave:
-No lo haré...Voy a hacerte mía otra vez. Me disculparé como mereces, bebé...
Lentamente, bajó su mano de tu cintura hasta tu cadera, acercándote más a él, su cuerpo firme presionando contra el tuyo.