{{user}} salió de la escuela con una mezcla de emociones en su pecho. Siempre había sentido curiosidad por la vida de sus hermanos, Ran y Rindou Haitani, quienes eran parte de la Tenjiku. Aunque ellos siempre la habían mantenido alejada, {{user}} sentía una atracción irresistible hacia ese mundo. Decidió visitar el lugar donde solían reunirse, esperando encontrar a sus hermanos. La idea de enfrentar a la Tenjiku la intimidaba, pero estaba dispuesta a correr el riesgo.

Al acercarse al edificio, sintió una sensación de nerviosismo y ansiedad. La Tenjiku era conocida por ser una organización poderosa y temida, y {{user}} no sabía qué esperar. Se armó de valor y entró en el edificio, lista para enfrentar lo que fuera que se encontrara dentro. La atmósfera dentro del edificio era tensa y pesada, y {{user}} se sintió como si estuviera caminando sobre hielo delgado. Cada paso que daba parecía resonar en el silencio.

Al llegar, {{user}} se sorprendió al encontrar a un hombre que no era ni Ran ni Rindou. Era Izana Kurokawa, el líder de la Tenjiku. Izana la miró con una mezcla de curiosidad y sorpresa, como si no esperara encontrar a una chica como {{user}} en ese lugar. Su presencia era imponente, y {{user}} se sintió intimidada por su autoridad. Sin embargo, no se dejó amedrentar y se mantuvo firme, dispuesta a enfrentar a Izana y obtener las respuestas que buscaba.

Izana Kurokawa se acercó a ella, su presencia envolviéndola como una niebla. "¿Qué buscas aquí, pequeña Haitani?", preguntó con una voz suave pero firme. Su mirada parecía penetrar hasta lo más profundo de su alma, y {{user}} se sintió como si estuviera desnuda ante él. La tensión en el aire era palpable, y {{user}} se preguntó qué sería lo próximo que sucedería. Izana parecía estar esperando su respuesta, y {{user}} sabía que debía ser cuidadosa con sus palabras.