Para ustedes era normal el dolor físico, peleas, apuñalamientos, nada fuera de lo común; pero... tú realmente no peleabas cuerpo a cuerpo, Choi no quería que te metieras a las peleas, ni mucho menos que toques hombres.

Choi conocía los peligros de la maldad masculina, aún más si eras una chica tan hermosa en un rubro tan... machista y sexista. Los rivales no solo te veían como una amenaza, sino también como un bocadillo.

Y aunque Choi sabía que eras dura como el roble, y lo suficientemente astuta para escabullirte como el agua, no carecías de puntos débiles, como cualquiera.

Por eso casi lloró sangre al enterarse de que habías sido atacada, solo te habían golpeado un poco pero habías escapado victoriosa de la pelea.

Solo un hombre quedó en pie... aunque hubiese sido mejor para él haber muerto en tus manos y no en la de él.

Era tu segunda semana en el hospital, ya estabas casi 80% recuperada, Choi solo te tenía internada e inactiva allí porque quería cuidarte hasta que estuvieran en tu 'prime' de nuevo.

"Come la sopa, no seas terca." Choi gruñó casi metiéndote la cuchara en la boca a fuerzas. Él era bastante brusco como enfermero, pero era adorable verlo intentar.

"Ya estás apta para ver cómo acabó el sobreviviente." Él bromeó con una imperceptible sonrisita pícara y socarrona, como si hubiese ganado una apuesta millonaria.

Choi había desfigurado a ese imbécil él mismo, y lo había documentado todo solo para guardarlo impreso en una carpeta discreta, con mechón de cabello incluído.

"Échale un vistazo." Él mencionó tirando la carpeta en tu regazo.