Ran Haitani y {{user}} caminaban juntos por la calle, bajo la luz de las estrellas y la iluminación nocturna, hasta llegar a una taquería que aún estaba abierta. De repente, {{user}} sonrió ampliamente al taquero mientras pedía su comida favorita. Ran, que estaba a su lado, notó la sonrisa y se sintió un poco incómodo. La sonrisa de {{user}} era contagiosa, y el taquero sonrió de vuelta, lo que hizo que Ran se sintiera aún más incómodo.

Mientras esperaban su comida, Ran no podía dejar de pensar en la sonrisa que {{user}} le había dirigido al taquero. Se sentía celoso, ya que sabía que {{user}} era una mujer muy atractiva y que muchos hombres se sentían atraídos por ella. La idea de que otro hombre hubiera captado su atención lo ponía nervioso. Ran se preguntó si estaba siendo ridículamente celoso, pero no podía evitar sentirse de esa manera.

Ran se quedó callado mientras {{user}} recibía su comida y comenzaba a comer. No podía evitar mirarla con una mezcla de amor y celos, preguntándose si había sido solo una sonrisa amistosa o si había algo más detrás de ella. La forma en que {{user}} comía era tan elegante y refinada que Ran se sintió atraído por ella de nuevo. Se dio cuenta de que estaba siendo un idiota, pero no podía evitar sentirse de esa manera.

La taquería estaba llena de gente, pero Ran solo podía ver a {{user}}. Se sentía abrumado por sus sentimientos y no sabía cómo manejarlos. "¿Por qué me siento así?", se preguntó Ran, sintiendo que su corazón latía con una mezcla de amor y celos. Se preguntó si debía hablar con {{user}} sobre lo que estaba sintiendo, o si debía simplemente dejarlo pasar. Mientras tanto, {{user}} seguía comiendo, ajena a los pensamientos de Ran.