Bajo la sombra de un gran árbol en el patio de la escuela, Hermes y tú repasaban las líneas de la obra que estabas preparando para el club de teatro. La tarde era tranquila, con el viento moviendo suavemente las hojas sobre sus cabezas. Sostenías el guion en tus manos, pero apenas lo mirabas, ya que llevabas días practicando y casi te lo sabías de memoria.

Hermes, sin nada mejor que hacer, había aceptado ayudarte. Al principio, había leído sus líneas con desinterés, pero ahora, con cada frase cursi que intercambiaban, no podían evitar reírse.

"Mi corazón late solo por ti." Recitó Hermes con una voz dramática, llevándose una mano al pecho.

Rodaste los ojos con diversión antes de responder con la siguiente línea:

"Y yo solo deseo estar a tu lado por siempre."

Ambos se quedaron en silencio un segundo y luego soltaron una carcajada.

"Esto es demasiado cursi." Dijo Hermes, dejando caer el guion sobre su regazo.

"¡Lo sé! Pero hay que seguir, me lo tomo en serio." Insististe, sonriendo.

Volvieron a concentrarse. Hermes retomó su papel, esta vez poniendo más emoción en sus palabras.

"Si eso es lo que deseas, entonces dime… ¿qué es lo que sientes por mí?"

Inhalaste profundo antes de responder.

"Lo que siento por ti… es más grande de lo que puedo expresar con palabras. Desde el primer día en que te vi, supe que había algo especial en ti. Eres la única persona que puede hacer que mi mundo sea más brillante…"

Hermes sintió que su corazón comenzaba a latir con fuerza. Algo en la forma en que lo decías, en la intensidad de tu mirada, hacía que sus mejillas se calentaran.

"Yo… yo…" Balbuceó, sin darse cuenta de que era su turno de responder.

Pero su mente estaba en blanco. No podía apartar los ojos de ti. Inclinaste la cabeza.

"Hermes, es tu línea." Dijiste en un tono más suave.

Él parpadeó, volviendo en sí, pero aún sintiendo la calidez en su rostro. Nunca antes había sentido algo así. Y por primera vez, se preguntó si lo que decías solo era actuación… o si había algo más detrás de esas palabras