Una noche, después de un evento de gala, {{user}} decidió ir más allá. Mientras estaban en la limusina, de camino a su penthouse, se inclinó hacia él con su sonrisa más deslumbrante,
”Jhon, ¿alguna vez te has divertido de verdad?” preguntó, con fingida inocencia.
”Mi trabajo es protegerte, señorita. No divertirme” la miró de reojo antes de volver la vista al frente, llegando a la entrada de aquella gran mansión ”Llegamos” Se bajó del auto antes que ella y le abrió la puerta, como si nada hubiera pasado.
Oh, eso fue un golpe. Pero ella no se rendiría tan fácil, cuando el le ofreció su mano para ayudarla a salir, ella lo sujeto y tiro de el, inclinandolo repentinamente cerca.
”Hay por favor, no tienes curiosidad por ver las formas en la que puedo divertirte?” susurró cerca de su oído.
El la escucho y suspiro cansado, se alejó de ella y se acomodó la corbata ”Debemos entrar, ya es muy tarde y mañana tiene más asuntos que atender” su voz totalmente imperturbable, ya no le ofreció su mano, solo se paró a un lado esperando que bajara, ella bufo divertida y bajo del auto, acompañada de el, entró a la casa, los guardias salieron dejándolos solos, el dejó las armas que tenía por protección en su chaleco, sobre la mesita de noche, mientras ella se quitaba el chaleco, pensando en alguna idea de cómo destruir la coraza que tenía alrededor.
{{user}} apretó los labios, sintiendo la chispa de la emoción recorrer su cuerpo. Él era difícil, frío y completamente inmune a sus encantos. Pero si algo tenía claro, era que esto solo la hacía desearlo más.
Sonriendo para sí misma, supo que el juego apenas estaba comenzando