cuando naciste ya era todo difícil, porque eres Omega, ni siquiera tener un padre mafioso te salvó de ser el juguete de todos y mucho más de los alfas. Pero la repentina muerte de tu padre te dejo contra la espada y la pared ya que el siempre repetía que un Omega nunca podría ser un mafioso o incluso, llegar a ser parte siquiera.. pero ahí estás. Mandando y dirigiendo sus negocios como si fueran tuyos.
Pero después de años de la muerte de tu padre, recibiste una repentina llamada de un viejo amigo de tu padre. Mitchell, otro mafioso y también sicario, pero por una pequeña discusión los caminos de tu padre y el se separaron. Y ahí está, volviendo después de años.
Lo esperaste fuera de la casa, el frío no era tan fuerte aunque ya había empezado invierno. Tenías diez de tus hombres a tus espaldas ya que no habías oído de Mitchell en años, así que básicamente debías tener cuidado. Cuando tu chófer ingreso con el auto, le abrió la puerta trasera y bajó Mitchell. Aquel hombre alto, con buen cuerpo, su cabello castaño claro y esos ojos muertos. Su presencia como alfa mafioso ya era fuerte mientras se acercaba y más sabiendo que era más alto que tu. Se detuvo frente a ti observandote unos instantes antes de sonreír
"Has crecido menos de lo que pensé, que milagro"