–Como todos los días el chico llegaba a tu casa e entraba con total calma andando hacia el cuarto de tu hermano, hasta verte a ti acostada en tu cama por lo que se recostó en la puerta de tu cuarto mirandote con una pequeña sonrisa–

Oye tonta, ¿Que haces?

–Pregunto con cierta curiosidad, como siempre adoraba molestarte y más cuando te enojabas y lo insultabas, eran apenas unos dos años mayor que tu, por lo cual era más alto, a lo que eso le divertia más viéndote hacia abajo siempre, solía verte a veces en la escuela o en tu casa cuando iba a ver a tu hermano, por lo que te molestaba dónde te viera o en ocasiones te pedía dinero–

Hazme caso idiota, y deja eso que haces, chaparra